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7 pequeños cambios que marcaran la diferencia en el cuidado de tu vajilla - 4 - 104-37

Desde tiempos remotos se ha fabricado porcelana para uso como vajilla en China. Ya en el siglo xvii, la porcelana oriental era una mercancía apreciadísima. La mayor parte era importada de China y el país nipón por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. La porcelana oriental usada como vajilla era símbolo de riqueza, importancia y buen gusto. Es este el motivo por el que se empezó a meditar en la posibilidad de generar en Europa porcelana, cuando los intentos precedentes de elaborar porcelana habían sido un descalabro, como el caso de la cerámica de Médici.

A principios del siglo xviii Johann Friedrich Böttger aseguró tener la fórmula para cumplir el sueño de los alquimistas de transformar materiales sin valor en oro. Cuando el votante de Sajonia y rey polaco Federico Augusto I el Fuerte oyó sobre sus trabajos, le puso bajo su custodia y le pidió que hiciese oro para él. Durante muchos años Böttger no tuvo éxito en su labor. Al mismo tiempo, Ehrenfried Walther von Tschirnhaus, un matemático y científico, experimentaba con la fabricación de cristal intentando crear cerámica.

Tschirnhaus inspeccionó a Böttger y cara mil setecientos siete Böttger comenzó -a regañadientes- a prestar su ayuda en los ensayos de Tschirnhaus. Cuando Tschirnhaus murió repentinamente, parece que la receta pasó a manos de Böttger, que en menos de una semana anunció al votante que podía fabricar porcelana. Böttger perfeccionó la fórmula y, con la ayuda de sus ayudantes holandeses, hizo ensayos relacionados con la fabricación y decoración de azulejos. En 1709, Augusto el Fuerte estableció la primera manufactura de Meissen y emplazó el laboratorio de Böttger en el castillo de Albrechtsburg en Meissen. La producción empezó oficialmente en 1710.

Inicio de la producción

El primer tipo de porcelana producido por Böttger era un material refinado, extremadamente duro y de color rojo que se conoció en Alemania como Böttgersteinzeug ("barro de Böttger"). Destacaba la gran nitidez y definición de los detalles, añadidos mediante moldes, con que se adornaban las piezas. Estas podían ser pulimentadas y abrillantadas ya antes del proceso de cocción. Las obras imitaban figuras de plata barrocas y cerámicas chinas. Pronto se comenzó a realizar en Meissen cerámica blanca de pasta dura, un tipo especial de porcelana que se había empezado a fabricar en China en el siglo ix y que se obtenía cociendo a temperaturas muy elevadas un aglomerado que contenía caolinita y una roca feldespática denominada "petunse". Esta porcelana de pasta dura podía ser vidriada y pintada y empezó a comercializarse en 1713.

La mercancía resultante de los experimentos de Böttger mejoró su calidad de manera rápida, pero jamás llegó a caracterizarse por la calidad de su decoración. La primera vez en la que se puede hablar de éxito fue cuando los ornamentos fueron grabados en oro sobre la pieza cocida antes de percibir un segundo horneado a menor temperatura. Las decoraciones de esmaltado policromático fueron introducidas por Johann Gregorius Höroldt en 1723, con una cada vez mayor paleta de colores que marcó el comienzo de la denominada "fase clásica" de la porcelana de Meissen. Sus pinturas al esmalte siguen siendo hoy en día la base de la pintura sobre cerámica. Inicialmente las pinturas eran imitaciones de motivos orientales. El logo de la cerámica, grabado en azul bajo el vidriado, fue introducido por primera vez por Friedrich August Köttig. Pronto, paisajes y escenas portuarias detalladas minuciosamente, animales, flores, escenas "galantes" y chinoiseries inspiraron las decoraciones de la cerámica de Meissen.

Se imitaron los jarrones de Kakiemon y juegos de té japoneses. Los motivos florales representados en estas porcelanas japonesas conservan todavía el día de hoy el nombre de indianische Blume(n), flor(es) de la India, porque siendo importadas por las compañías de las Indias Orientales de los distintos países europeos la gente creía que las propias porcelanas eran indias. También se copiaron pinturas del artista barroco francés Antoine Watteau. También se fabricaban en Meissen porcelanas vidriadas de colores sin decoración alguna, que eran vendidas al por mayor a talleres privados para ser esmaltadas en estos. El mecenazgo de Augusto el Fuerte atrajo a Meissen a algunos de los mejores artistas de Europa.

Figuritas de estilo rococó (mil setecientos cuarenta y cuatro).

Comienzo de la fama

Pronto se comenzó a emplear el laboratorio de Albrechtsburg para guardar los secretos de la manufactura del "oro blanco". Como precaución, eran poquísimos los trabajadores conocedores de los arcanos de la preparación de la porcelana. Incluso cuando un trabajador conocía ciertos secretos del oficio, estos eran relativos solo a una parte del proceso. Por esto, a lo largo de algunos años, Meissen tuvo el monopolio de la producción de cerámica de pasta dura en Europa. En torno a 1717 la competencia se estableció en Viena, puesto que Samuel Stöltzel vendió la receta segrega, que incluía la utilización de caolinita o bien "barro chino". Ya en 1760, unos 30 fabricantes de porcelana estaban asentados en Europa. No obstante, la mayor parte de ellos generaba porcelana de pasta blanda debido a la falta de yacimientos locales de caolinita.

Con el propósito de identificar los productos de Meissen originales, se marcaron en un principio con un diseño pintado en la superficie. Enseguida, estos diseños identificativos se grabaron en azul por debajo del vidriado. Las primeras marcas como "AR" (Augustus Rex, el monograma del rey), K.P.M. (Königliche Porzellan-Manufaktur), M.P.M. (Meissener Porzellan-Manufaktur) y K.P.F. ("Königliche Porzellan-Fabrik) fueron finalmente reemplazadas por el logo de las dos espadas cruzadas. Introducido en mil setecientos veinte, se comenzó a usar de forma frecuente a partir de mil setecientos treinta y uno por decreto oficial. Las distintas variaciones en el estilo de las espadas permiten en nuestros días datar las porcelanas de Meissen.

Desarrollo artístico

Augusto el Fuerte encargó primero el diseño de nuevos jarros a Johann Jakob Irminger. En mil setecientos veinte Johann Gregorius Höroldt aceptó el cargo de directivo y también introdujo colores brillantes que aumentaron la fama de la porcelana de Meissen. El escultor Johann Jakob Kirchner fue el primero en hacer con esta porcelana esculturas, singularmente miniaturas y efigies de beatos de estilo barroco. Su asistente fue Johann Joachim Kändler que sería más tarde el escultor más renombrado de Meissen. En mil setecientos treinta y tres Kirchner dimitió, y Kändler pasó a desempeñar el cargo de jefe de maestros escultores. Bajo su dirección, Meissen produjo una serie de miniaturas, que de manera frecuente representaban escenas de la corte, que exprimió todas las posibilidades que ofrecían los nuevos materiales. Su compilación de figuras de animales de gran escala supone uno de los puntos cima de la historia de la cerámica en Europa. Su trabajo se tradujo en la producción de espléndidas miniaturas de estilo rococó que influenciaron al campo de la cerámica de todo el Viejo Continente. Apoyado por asistentes como Johann Friedrich Eberlein y Peter Reinecke, Kändler siguió trabajando hasta su muerte en mil setecientos setenta y cinco.

En mil setecientos cincuenta y seis, en plena Guerra de los Siete Años, las tropas prusianas ocuparon Meissen, dando la ocasión a Federico II de Prusia de trasladar a algunos de los artesanos y crear la Königliche Porzellan Manufaktur Berlin. Con el cambio de gusto artístico que acarreó el Neoclásico y el auge de la cerámica de Sèvres en la década de mil setecientos sesenta, Meissen debió readaptar su producción. Tras la reorganización de mil setecientos sesenta y tres, C.W.E. Dietrich de la Academia de Dresde se transformó en directivo artístico y el francés Michel-Victor Acier en jefe de escultores. La práctica de imprimir el número de molde en libros de inventario empezó en 1763. Bajo la dirección del conde Camillo Marcolini (desde mil setecientos setenta y cuatro), la producción de la manufactura estuvo marcada por estilos "a lo Sèvres" y escarceos con el Neoclasicismo, como por ejemplo piezas de biscuit mate blanco de apariencia marmórea.

En el siglo XIX Ernst August Leuteritz actualizó muchas de las miniaturas rococós y las comercializó creando un "segundo Rococó", rico en detalles de trenzados (hechos con nudos reales) y flores. Los coleccionistas ingleses llegaron a emplear el término de porcelana de Dresde para describir este estilo, en especial para referirse a aquellas estatuillas femeninas que sugerían poquedad coqueta o candorosa. Bajo la dirección de Erich Hösel (desde 1903), los viejos estilos fueron revisados y reinterpretados. Hösel restauró modelos del siglo XVIII. Empezaron a generarse ciertos atractivos trabajos en la línea del Art Nouveau, mas el pilar principal de la producción de Meissen prosiguieron siendo las recreaciones de modelos dieciochescos.

En mil novecientos treinta y tres, el Estado de Sajonia restringió la libertad artística en el marco del proceso de adoctrinamiento que imperaba en la Alemania nazi. Ciertos creadores con una concepción rupturista del arte fueron condenadas. Por poner un ejemplo, muchas obras del escultor expresionista Ernst Barlach fueron tachadas de "arte degenerado". Tras la Segunda Guerra Mundial y bajo el gobierno comunista de la RDA, la cerámica tuvo dificultades para readaptarse a la nueva situación, al tratarse de un sector de forma tradicional destinado a minorías acaudaladas. Proletarizar una industria como la de la porcelana de Meissen podía suponer el riesgo de que acabase convirtiéndose en una fábrica de producción en masa más. Fue desde mil novecientos sesenta y nueve, en el que Karl Petermann se hizo cargo de la factoría, cuando Meissen pudo volver a abrazar sus viejas tradiciones, permitiéndosele asimismo una expresión artística más libre.

Diseños de vajillas

Sopera del Schwanenservice.

Ya desde la época de Böttger se contempló la producción de vajillas; los primeros juegos datan de la década de mil setecientos veinte. Las primeras vajillas eran fáciles y fue Kändler el que introdujo decoraciones a juego. Hacia 1740, Meissen creó la famosa vajilla Schwanenservice (‘servicio del cisne’), de más de mil piezas, para el protector de Kändler, el Conde Heinrich von Brühl (véase también: Terraza de Brühl). Tras la Segunda Guerra Mundial las piezas se dispersaron, pero los moldes se han preservado, y hoy en día se pueden adquirir réplicas de las piezas de esta vajilla. Kändler produjo durante mil setecientos cuarenta y cinco un patrón llamado "nuevo Vajillas recorte", caracterizado por el corte ondulado de los bordes.

El “modelo de la cebolla” (Zwiebelmuster) lleva produciéndose cerca de tres siglos. Se trata de un diseño de Höroldt de mil setecientos treinta y nueve y seguramente está inspirado en un cuenco chino del periodo Kangxi. Debido a su popularidad ha llegado a ser copiado por más de sesenta compañías. Muchas piezas que imitan los conocidos adornos del Zwiebelmuster han sido creadas por sus contendientes, empleando incluso el nombre de Meissen como marca. El patrón era tan popular y estaba tan extendido, que la Corte Suprema de Alemania declaró el término Meissener Zwiebelmuster (‘modelo de la cebolla de Meissen’) de dominio público en mil novecientos veintiseis.

Otros modelos populares que prosiguen produciéndose son el de la “rosa púrpura” y el de las “hojas de parra”. Otra serie de vajillas tiene grabados bajo el vidriado motivos de dragones rojos y dorados volando alrededor del borde del plato, con un medallón en el centro del molde. Precisamente una versión de este modelo se empleó en el cobijo bávaro de Adolf Hitler.